12.12.11

Visitando tu piel (I)


No era la primera vez que nos veíamos pero sí una de las primeras. Yo me había buscado el hotel cerca de tu casa. La escusa era que no podríamos estar tan cómodos en tu casa y tu padre podría sentirse incómodo pero a mi se me llegaron a ocurrir otras muchas razones más importantes de poder contar con un lugar tranquilo. Me moría de ganas de verte de nuevo... el primer contacto que tuvimos fue dulce, tierno y... despertaron ganas de más. De demasiado más. Debía andarme con cuidado si no quería que me acabases odiando porque tenía demasiadas ganas de ti... pero tengo claro que no había hecho tantos kilómetros para abrazarte simplemente. Eras demasiado para mí y... me hacías soñar. Bajé del hotel para verte, habíamos quedado en dar una vuelta tempranito y luego salir por ahí si encontrábamos plan... cualquier cosa por estar contigo. Yo te había pedido entre bromas que ya que había ido hasta allí... me dejaras verte con tus mejores galas esos días. Ambos sabíamos que era sólo una coña pero... cuando te vi acercarte con esa faldita que dejaba ver tus piernas, me sentí muy satisfecho de haber soltado esa broma. Pero tuve que contenerme... era una de las primeras veces que llegábamos a vernos y tú tratabas de llamar la atención sobre tus piernas y sobre ese escote con el que hacía soñar la camiseta; y yo tenía que luchar por mantener la mirada en tus ojos. El día sería muy largo... y tendría el momento para disfrutar de la ropa en otro momento; tenía que dar una buena impresión. Nos abrazamos al vernos, reímos, te comenté que ese pelo ondulado te hacía increíble y... nos dimos un ligero pico. Ninguno de los dos tenía planeado actuar como si fuéramos pareja cuando a visitarte pero... simplemente no pudimos evitarlo. A mí me entraron ganas de besarte y tú parecía que no te molestaba en absoluto. Acto seguido, como si nada hubiera pasado, te cogí la mano y caminé a paso ligero para no darnos cuenta de lo que acababa de suceder...



La tarde comenzó con nosotros sentados en el parque para contarnos todo lo que nos quedaba por saber de nuestras vidas. Preguntamos por todo este tiempo desde la última vez que nos vimos, empezando a hablar sobre las tonterías más recientes y acabando por soltarnos hasta conseguir hablar de tu última pareja. La conversación abarcaba todo los ámbitos... adoraba hablar contigo, y me encantaba conocer dada rinconcito de tu vida para poder llegar a conocerte mejor. Me gustaría hacerte feliz jugando a ser el amor de nuestra vida en estos días que podía quedarme cerca de tu casa... y para eso necesitaba conocer todo sobre ti, conocer como llegar a hacerte feliz y poder darte lo mejor de mí. Preguntaba. Preguntaba por tu primer beso, tu primera relación, tu primera pelea... preguntaba por tus gustos, tus deseos, tus hobbies. Me encantaba conocer sobre ti, incluso volverte a escuchar las mismas cosas para poder captar detalles que otra vez no lograba captar. Continuamos hablando hasta que pasó demasiado tiempo y nos dimos cuenta que llegábamos tarde. Habías quedado con más gente para tratar de pasar la noche entretenida de fiesta pero... cuando trataste de darme prisa para que llegáramos a donde habíamos quedado... 'Espera'. Te diste la vuelta, 'Llegamos tarde...'. 'Espera, por favor'. Te cogí la mano. Estabas de pie y yo todavía sentado en el banco. 'Es que... ahora habrá más gente. Sabes que no me gusta llamar la atención cuando hay más gente y... tengo que pedirte una cosa'. Me miraste extrañada, tenías miedo por dónde fuera a atacar. 'Es que... llevo mucho tiempo, desde la última vez que nos vimos, deseando volver a verte y... no me permitiría desaprovecharlo. Dame la oportunidad y te juro que no te arrepentirás...'. Tiré de ti. Va a ser mi noche, aunque tenga que luchar por que lo sea. Tenía que atreverme... tenía que tener yo la iniciativa esta noche. Tiré de ti y te besé. Nada de besos suaves, nada de tonterías... te besé como llevaba deseándolo hacer mucho tiempo, apoyando mi mano en tu nuca y entrelazando mis dedos en tu pelo ondulado. Continuamos con el beso hasta que nos dimos cuenta que comenzaba a faltar el aire, y tras eso seguimos unos instantes más. Nada más separarme abrí los ojos y susurré 'esta noche déjate llevar. Te juro que nadie te tratará como yo llegaré a hacerlo'. Otro suave roce de labios y luego me puse de pie y me puse a tu lado, para que me guiases. No fuiste capaz de reaccionar todavía, por lo que rodeé tu cintura con mis mano. 'Vamos... que parece que no te ha gustado'. Me sonreíste, te acercarte más a mi y caminamos con mis brazos rodeándote.
Me presentaste de nuevo a tus amigos con los que íbamos a pasar la noche. Yo trataba de ser amable sin llamar excesivamente la atención, mientras jugábamos a hacer como si no fuéramos nada aunque los dos deseáramos ser pareja. Te caían besos y abrazos dulces pero... no me gustaba que la gente comentara tonterías, por lo que trataba de ser disimulado. Cenamos algo que te invité, y cuando todos bajaron listos y arreglados empezó la noche. Fuimos a comprar bebidas y a empezar en un parque, como todas las noches, donde entre bromas empezaba a integrarme entre tus amigos. No quería dar una mala impresión porque sabía que eran personas importantes para ti, y quería que estuvieras orgullosa de que me hubieran conocido. No me atrae mucho beber pero algo de alcohol sí me sería útil en esta larga noche, y más si necesitaba algo para ser yo el que guíe esta noche. Aún así, veía como tú si llegabas a beber bastante. Aproveché y pedí que me acompañaras donde las bebidas para volver a rellenarme el vaso y así podíamos contar con algo de tranquilidad. 'Cuidado con tanto alcohol, peque'. '¿Tienes miedo que me ponga borracha?'. 'Tengo miedo a que hagas las cosas por el alcohol, no por ganas'. Me miraste fijamente. 'No digas tonterías. El alcohol sólo hará que me atreva, pero las ganas ya las tengo'. 'Te voy a dar la mejor noche de tu vida, y necesito que la recuerdes. Cuida el alcohol, por favor. O sino tendré que repetirla también por la mañana, cuando seas consciente de lo que haces'. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en tu cara. 'Entonces beberé... porque la idea de repetirlo por la mañana me encanta'. Volviste a llenar el vaso de hielos. 'Pero puede que con alcohol no rindas igual... peque. Y tienes que darme lo mejor de ti... porque entonces no será igual; ¿no crees?'. simplemente volcaste el vaso y dejaste caer los hielos. 'Esta noche tú mandas, mi lord'. Te cayó un beso corto y sencillo, y no aparté la vista de tus ojos. 'Esta noche a mí me toca mandar y a ti gozar, mylady'. Una mano te rodeó la cadera y palpó tu culo sobre la fina falda. Esa falda estorba... pero llegará el momento en el que estará en el suelo.

La noche con los amigos empezó a caer en diversión. Cuando estuvieron a punto de alcohol, fuimos a un bar donde tratamos de bailar con la tontería. Yo disfrutaba de estar cerca de ti con esa faldita. Había momentos que nos superaban, donde tratabas de jugar con mis sentidos aprovechando la oscuridad de los locales. Me susurrabas 'tu esclava espera órdenes' mientras bailabas y tu cabera se apoyaba sobre mi hombro, a lo que respondía 'que esto no baje hasta que no sea gracias a que lo calmes'. Y me sonreías. Te gustaba jugar a seducirme... y sabías que yo lo adoraba. Adoro cuando una mujer conoce sus armas y es capaz de utilizarlas, cuando demuestra que es capaz de cualquier cosa como yo lo haría por ella. Jugabas bailando conmigo, y bailando con el resto mientras me guiñabas un ojos. Íbamos al baño y caíamos en interminables besos mientras yo te apoyaba contra la pared y acariciaba tus curvas. Apoyaba mi mano en tu vientre y subía arrastrándote de la camiseta, mientras me susurrabas 'soy tu esclava, no te pares'. 'Soy tu señor... yo decido el momento'. Y paraba a escasos centímetros de tu pecho. También jugaba con la falda, subiéndola al arrastrar la mano por el muslo dejando ver en ocasiones tu ropa interior negra. Apoyaba mi mano sobre ella en tu sexo pero nunca hacía nada aparte de apoyar, y tú revolvías tu cuerpo desesperada. 'No sé a qué esperas... soy tuya, no tengas límite'. Me separé unos centímetros, te miré a los ojos, sonreí y mientras hablaba mi mano subía por tu ropa interior hasta llegar a la goma, donde tiré de ella para colar un par de dedos y bajarlos lentamente como mis palabras, que caían lentamente. 'Espero a que llegues a estar tan loca como yo lo he estado por ti. Que llegues a desear tanto el momento como yo he tenido que sufrirlo interminables noches. Espero hasta que tengas ganas de mí como yo de ti... porque cuando llegue el momento las voy a saciar. Todas. Todas las ganas que puedas llegar a tener de mí. Todas las formas que tengo para saciarte las utilizaré... por lo que necesitas ganas, muchas ganas, para poder disfrutar de todo lo que te voy a dar. Esta noche conocerás el significado de desear algo... y disfrutarlo'. Mi mano ya empezaba a jugar con tu recortado bello púbico y llegó a donde empezaba tu sexo pero sólo se apoyó sobre él. Notaba el calor que emanaba de él. Tú habías cerrado los ojos mientras yo te susurraba, y mi cuerpo te aprisionaba contra la pared. Lo notaba húmedo bajo mi mano pero no jugué con él... sólo salí despacio mientras me clavabas tu mirada. 'Deséame. Deséame tanto como yo lo hago por ti. Deséame porque te voy a dar la mejor noche de tu vida... y debes estar atenta para no perderte un sólo detalle. Porque la vas a recordar siempre. Incluso estas palabras'. Con un mordisco en el lóbulo de la oreja y un beso en el cuello finalicé la conversación y salí de la zona de baños, tendiéndote la mano para que me siguieras pero sin esperarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario