18.7.12

Festejando la victoria (V)


Joder, con tanto jugar sabía que iba a durar poquito y tus tratos cada vez eran más profundos como para poder contenerse. Tú notabas perfectamente que mis piernas empezaban a temblar, pero no quería que parase por lo que apoyé mi mano en tu cuello agarrándote la cabellera para demostrarte que te necesitaba ahí con una ligera presión. Joder... si incluso parecía que te la metías casi entera. Era imposible que te cupiera. Pero ya la sentía estremecerse en una agonía, y estaba seguro que tú también. Agarrándote del pelo tiré unos centímetros hacia arriba y me incliné para susurrarte 'va a terminar, cuidado'. Parecía como si te hubiese intentado atacar con la mirada que me dedicaste todavía con mi polla entre tus labios.

Simplemente volviste a jugar con ella esta vez con mucho más ritmo produciendo que yo cayese sobre el asiento y volviera a acompañar tu vaivén mientras contenía muriéndome la lengua los gemidos. Joder. Sentía perfectamente como se activaban mis testículos e iba recorriendo tubería a tubería hasta el calor de tu receptiva boca, la cuál aminoró la marcha al notar que mi cuerpo iba agradeciendo las atenciones recibidas. Tu lengua recorría la cabeza limpiándola y recogiendo los posteriores disparos. Yo no quería perder detalle de tu cabeza viendo como, cuando lo creíste conveniente, te incorporaste de nuevo dedicándome la más hambrienta de tus sonrisas mientras recorrías con la lengua tu labio superior. Yo, todavía con mi mano en tu nuca, te acerqué a mí para comerte la boca.


Te lo habías tragado todo, posteriormente me dijiste que lo hiciste por no manchar, aunque todavía sabías a mí. No me importaba lo más mínimo. Sólo deseaba agradecerte lo que me acababas de producir y comenzó con ese beso. Mi polla no terminó de apagarse pero gozaba de unos instantes de descanso que me permitirían darte más guerra, y moví rápidamente mi mano hacia tu rodilla para escalar buscando directamente tu sexo sin más preámbulo. Estabas increíblemente mojada, pero no me extrañaba. Con un ágil juego de manos aparté la ropa interior y comencé a estimular tu ansioso de atención clítoris, lo cuál produjo que ahogases tus gemidos en mis besos generando una sensación muy divertida.

No era capaz de controlarme, y necesitaba más de ti, por lo que te arrastré con el beso y las caricias hacia la ventanilla para que pudieses así abrirte mejor e incluso observar tu coño. Me moría de ganas de verlo por fin. Al abrir las piernas se remangó tu falda y, apoyándome con ambas manos, te coloqué justo para poder clavar la mirada en él y continuar con el masaje de mis dedos. Dios, me hacía entrar más hambre, y no podía aguantar las ganas de morderme el labio sólo de verlo. Tampoco pude contener unas ligeras palmaditas que hice sobre sus labios, recordándome al instante dónde estábamos y rezando por no haber llamado demasiado la atención. Aunque, siendo sinceros, enseguida se me pasaron esos miedos.

Te notaba de nuevo cercana al éxtasis, por lo que me forcé a dar el siguiente paso. Le di algo más de ritmo al masaje mientras mi otra mano introducía ya tres dedos demostrándome que estabas más que dispuesta por lo que, con movimientos firmes, te giré dándome la espalda y apoyada contra el cristal. Tú seguías sentada, casi recostada sobre el respaldo, y con tus piernas en este momento cerradas pero tu culo apuntándome. Yo, mientras mis manos terminaban de levantar tu falda y de colocarnos para lo que ambos estábamos deseando, comencé con mi recital de pasión en tu oído. 'Las golfas como tú deberías ir siempre con falda... ¿ves todas las ventajas que nos ofrecen?', decía al terminar de colocarte y comenzar a apoyar mi polla de nuevo dura sobre tus labios, recorriéndolos de arriba hasta abajo. Sentía como tu cuerpo se contraía cada vez que mi glande estimulaba tu clítoris.

'Nos permite montárnoslo en un autobús, en medio de toda esta gente. Aunque tampoco parece molestarte. Lo único que has hecho hasta ahora es abrir un poco más tus piernas deseando que entrase ya'. Esta vez usaba la cabeza para dar rodeos sobre tu entrada empapándose de ti. Jugaba a introducirla escasos centímetros para luego volver a salir. 'Siento como tu cuerpo se vuelve loco cada vez que entro sólo un poquito... a lo mejor no está preparado para sentir totalmente dentro'. Mis susurros se acompañaban de lametones, y tú seguías siendo incapaz de contestar porque te estabas mordiendo tratando de no gritar y montar el espectáculo. '¿Cuántas veces has imaginado cómo se sentiría mi polla dentro de ti? Yo soy consciente de una que me lo dijiste tal cual... vaya golfa, ni siquiera te esperarás a una cama. Cómo me pones. Cómo me vuelve loco este culito'. Aprovechaba el tanteo de mi sexo en el tuyo para sobar a conciencia tu culo sobre ese cullot subido. Joder, es espectacular. 'Métemela ya, coño'. Contestaste en un susurro casi sin fuerzas por la contención, pero cargado de firmeza. 'A sus órdenes', sentencié.

La sentiste dentro de un golpe de cadera. Si no fuera porque estabas increíblemente mojada, no hubieras podido evitar un grito. De hecho, vi como mordías tus nudillos para contenerte en cada una de las embestidas que yo continué haciendo. Tenías suerte que no podía darte el ritmo que quería porque sonaría mi cadera chocando contra tu trasero, aunque estaba seguro que cualquier pasajero avispado oiría el chapoteo que hacías cada vez que yo te atravesaba. Por suerte todos estaban borrachos a esas horas. A las pocas embestidas ya te sentía en mis manos, a punto de entrar en tu clímax, y tenía que taparte con las manos para que no se escuchasen más tus gemidos, ya que eras incapaz de silenciarlos del todo.

'Mira que eres golfa, te tengo que tapar para que no montes un espectáculo aquí', te susurraba totalmente perdido en mis instintos más básicos, 'y eso que tú siempre me decías que no podías correrte si no te encontrabas encima dominando. Mentirosa...', te mordía cada vez con más fuerza, 'si estás deseando como nunca siendo una zorra para mí, dejando que te folle aquí en medio para que cualquiera pueda ver ese culo que tienes, cabrona', y con mi mano cogí con fuerza tu nalga para apoyarme en las embestidas. 'Algún día lo abriré', continué mientras mi mano se alejaba de tu culo para subir por tu costado, 'y ahora encima le enseñas tus tetas a cualquiera que nos quiera ver por la ventana', y al terminar de decirlo mi mano tiró hacia abajo arrastrando tanto la camiseta como el sujetador.

Tus manos se movieron un instante pero ni siquiera hicieron ademán de taparte. No tenías fuerzas más que para contener que de tu garganta no saliesen los alaridos que tu cuerpo exigía. Yo me enganché de tu pecho para poder darle más movimiento y podía notar como los espasmos comenzaban a recorrerte, corriéndote conmigo dentro. Yo tampoco podía concentrarme en otra cosa que no fuera hacerte mía, por lo que alargamos tu orgasmo gracias a las embestidas y tu mano masajeándote, pasa luego susurrarme un 'córrete' mientras te desplomabas sobre el asiento mordiéndote los labios esperando a que yo terminase.

'No te preocupes, ya tendrás oportunidad para compensarme', dije saliendo de ti y regalándote unos segundos para que recuperaras la conciencia, 'pero ahora vuelve a ser tu momento, mylady. Y sólo importa tu disfrute. Porque de eso va este juego.', decía mientras besaba con ternura tu brazo subiendo hasta el hombro, 'por mucho que te domine, por mucho que juegue con las palabras o te pelee; el juego sólo tiene un objetivo. Mi intención es que cada mañana que te levantes con un mal pie y sufras un mal día, puedas recordar que tienes a alguien que hará cualquier jodida cosa para hacerte feliz, para hacerte gozar o para hacerte levantar y luchar. Sólo importa lo que encierran las paredes de tu piel', te decía mientras mis yemas subían de tu rodilla hasta tu rostro, 'y lograr que siempre que sea posible encuentres una idea que te produzca una sonrisa, ya sea aquí', apoyé mi mano sobre tu sien masajeándola un instante, 'o aquí', apoyé tu mano sobre tu monte de venus llegando casi a los labios mayores, 'o aquí', y dejé mi mano en tu pecho izquierdo sintiendo tu latir desbocado provocado por nuestra intensidad. 'Y mi papel en el juego es, siempre que sea posible, renovar ese catálogo de ideas felices para que puedas acceder a ellas más fácilmente'. Concluí buscando con mis labios los tuyos jugosos, y fundiéndonos una vez más en el placer de compartirnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario