15.11.11

Deshielándonos (III)

Tras tu segundo orgasmo me pediste que me acercara porque querías tratar de jugar con mi miembro aunque no tuvieses manos para ayudarte. Mientras sacó de mi mochila un juguetito algo más grande y lo dejó a tu lado para que fueras consciente de ello; y se acercó a nosotros para ayudarte cogiéndomela con la mano y haciéndotelo más fácil, además de comiéndote la boca mientras tú me la comías a mí. Entre tu pinta de loca con esa cara y su sonrisa de guarra sólo podía pestañear esperando guardar la foto en la cabeza durante mucho tiempo. 'Yo ya no puedo aguantar más, ábrelas bien porque te pienso partir', así que me acerqué, saboreé con mi glande la entrada de tus labios y fui entrando con soltura gracias a que tus anteriores orgasmos te han dejado empapada. Lo llevaba esperando demasiado como para detenerme en movimientos suaves y lentos, así que simplemente te embestí con todas las fuerzas acumuladas de meses de gimnasio soñando con que volvería a verte... y otra vez, y otra, y otra; mientras ella se ponían a horcajadas sobre tu rostro a petición tuya y ahora eras tú la que disfrutabas de tu primera vez jugando con la lengua. Las caras de tu amiga eran un poema, dejándose caer sobre mis brazos mientras jadeaba al compás de mis embestidas. Adoro la húmeda sinfonía que produzco cuando caigo brusco en tu encharcada entrada, me provoca cada vez un poquito más acelerando el ritmo hasta que no pudieses continuar tu trabajo de tanto gemido, culminando de nuevo en alaridos haciendo que ella se moviese rápido para comerte los labios mientras te corrías, algo que personalmente me multiplica el placer. 'Dale un poco de aire, que empieza a estar exhausto... además, quiero que ahora nos centremos en...', y deshaciéndote del sujetador te lanzastre sobre ella. Así que comenzamos con la nueva víctima.



Estaba casi desesperada después de tanto juego y los orgasmos le llevabas casi cómicamente rápido, por lo que creo que disfrutó mucho del momento. Primero te la pediste tú solita y, ayudándote de los juguetitos sobre la cama, le devolviste el favor mientras yo te estimulaba de vez en cuando. Después de venirse las primeras veces pidió jugar ahora con la mía en vez de con plástico, buscando en tu mirada la aprobación que encontró, lo cuál provocó que empezase un vaivén salvaje mientras tú tabulabas entre unos labios y otros devorando lo que hubiera a su paso. Cuando su sexo empezó a estar agotado hicimos de nuevo el cambio y yo pedí que quería montarte a cuatro mientras continuabas besándola. Me encanta tu trasero, es algo que me supera absolutamente, y verlo botar contra mi cadera es algo que me vuelve jodidamente loco... además, su inicativa de colarse entre tus piernas para con la lengua jugar con tu clítoris y mi glande desde abajo fue algo que me pudo. Me quedaba poco aguante para correrme, y no ayudaba el suave tacto de su lengua contrarrestando tu hervor, y ayudó muchísimo menos cuando cogió el vibrador pequeño y, tras mojarlo con nuestra mezcla, comenzó a merodear sobre tu otra entrada provocando que te estremecieras al son de su vibración. Fue demasiado para mí y, saliendo lo rápido que puse, me vine sin acordarme que debajo estaba... no creo que le molestase, porque nada más salir sentí el calor de una boca rodeandome la cabeza y recibiendo mi descarga... 'joder te necesitaba justo ahí', no pude evitar susurrar. Tú te volteaste para jugar también con tu lengua recorriéndome, haciendo de nuevo una imagen absolutamente memorable. Fue entonces cuando caímos destrozados sobre la cama.

Después de apartar de la cama toda la ropa me recosté en la cama mientras vosotras os bañábais, ya que los tres sería bastante incómodo en esa ducha. Yo intenté mantenerme despierto recordando lo sucedido pero mi cuerpo me traicionó y el cansacio me pudo, por lo que mi siguiente recuerdo son vuestras risas mientras os acercábais desnudas a la cama y os tumbábais a ambos lados de mi, arabazándome mientras os dábais el beso de buenas noches. En ese típico trance que mezcla lo onírico con lo real recuerdo algunas de vuestras bromas al recordar lo que habíais hecho hasta que caísteis rendidas a mi lado, así como recuerdo desvelarme al sentir tus pezones erizados haciendo cosquillas en mi espalda.
Esa mañana fuiste tú la primera en despertarte y creo que tuviste un buen sueño, porque comenzaste a jugar con mi miembro y eso fue lo que me despertó. Con el movimiento de tu cuerpo y el chapoteo de tu lengua se despertó, y tras remolonear un momento se apuntó de nuevo al juego. Perdió el factor sorpresa, pero repetimos un momento casi tan agradable por lo menos... aunque por suerte duró mucho más gracias a estar descansados. Parece que te aficionó eso de devorar a una chica mientras te embestía, aunque no sé si tal vez era por ESA chica. Le debemos una, sin lugar a dudas. Porque a ti ya te pagué otras muchas veces todo lo que te debía, por ejemplo la siguiente noche. No sé si recuerdas que...

No hay comentarios:

Publicar un comentario